Dwight Pezzarossi, José Manuel Contreras y Bryan Ordoñez, integrantes de Comunicaciones, fueron objeto de agresiones por parte de algunos aficionados quetzaltecos que ingresaron al campo cuando los jugadores daban declaraciones tras el juego que se disputó en el estadio Mario Camposeco.
Los tres jugadores huyeron de la turba que los perseguía con intenciones de golpearlos y en su escape sortearon y recibieron golpes de pseudoaficionados que se encontraban en el campo hasta que un directivo les abrió una puerta y se refugiaron en las gradas.
La Policía Nacional Civil llegó al lugar y lanzó gases lacrimógenos pero abandonó el sitio por lo que los jugadores debieron buscar la forma como unirse a sus compañeros en el camerino.
Dwight Pezzarossi uno de los involucrados dijo: «Esto es un acto de cobardía, lo que acaba de ocurrir merece sanciones ejemplares y ojalá que la directiva de Xelajú identifique a los responsables porque han atentado contra nuestra vida».
«Mañana llamaré al presidente de este equipo, Francisco Santos, y le voy a explicar todo lo que pasó esta noche», agregó Pezzarossi.