Saber cuando decir adiós es uno de los instantes supremos en la carrera deportiva, pasar del estrellato al anonimato, aunque si la etapa competitiva fue formidable será recordado en el panteón de los Dioses del Olimpo. Salir y retornar es una opción, como sucedió hace poco con la gimnasta nacional Ana Sofía Gómez, anunció su retiro pero casi un año después llegó el regreso a las rutinas y a los aparatos con los cuáles compartió rutinas durante casi 15 años. Sus logros, a partir de los Panamericanos de Guadalajara 2011, cuando conquistó un oro y una plata, fueron magníficas muestras de los mejores alcances en una carrera competitiva de dicho deporte en la rama femenina en nuestra historia, por supuesto que esto no es solamente para nuestro logro y nivel, sino es continuo en todas las esferas de la vida. Cuándo decir adiós vida mía y no entregarme a la pasión que llenó incontables horas, sueños, frustraciones, triunfos, alegrías y sinsabores. Esa adrenalina deportiva que no se aparta de sus practicantes durante su existencia y que provoca en el momento del Hasta la Vista Baby, que las peores depresiones se ciernan sobre los pilares que apoyaron la cumbre, el abismo, las planicies y los cielos de practicar el esfuerzo atlético de competencia.
En pleno Abierto Australiano le ha sucedido a Andy Murray, quien debido a ls lesiones en su espalda, ha decidido decir hasta aquí llegó este escocés luego de acumular 3 títulos de Grand Slam (2 Wimbledon y un Abierto de USA). Ha dicho que Wimbledon, si es que no le siga doliendo tanto su lesión, será su última participación.
Hoy por la mañana vimos como perdió el suizo Roger Federer contra el griego Tsitsipas en 4 disputadísimos sets (3 de ellos en tie-breaker). La lucha constante de la nueva generación para desbancar ese triunvirato tiránico que lo ha ganado todo en la última década Roger-Rafa-Nole. Así sucede en todos los deportes, pero seguirán jugando los buenos y los malos, algunos se retirarán prematuramente como sucedió con el sueco Bjorn Borg, para seguir con los ejemplos del tenis, pero así sucede en todas actividades deportivas y algunos deciden retornar una y otra vez, como pasó con Muhammad Alí, aunque la acumulación de golpes parece que provocó los estragos del Parkinson que a Bocazas, un simple apodo porque lo que hizo por los Derechos Civiles de los Afroamericanos y los ciudadanos del mundo fue enorme, lo dejó sin poder eslabonar palabras, sin seguir con la coherencia que lo caracterizó en su periplo atlético.
Decir adiós o retornar a ese viaje sin retorno que es la actuación deportiva, en el cual el fósil que impregna a la historia es el resultado, las memorias y las acciones que bañaron con sangre, sudor y lágrimas.
