Corea del Norte se convirtió en el primer país en retirarse de los Juegos Olímpicos de Tokio por temor al coronavirus, una decisión que subraya los desafíos de Japón en sus esfuerzos por celebrar un evento deportivo global en plena pandemia.
La directiva del Comité Olímpico Norcoreano decidió el pasado 25 de marzo no participar en la cita para proteger a los deportistas de “la crisis mundial de salud pública provocada por el COVID-19”, según dijo el martes un sitio web dirigido por el Ministerio de Deportes.
La pandemia ya ha forzado un aplazamiento de los Juegos, que en un principio se iban a celebrar en 2020, y los organizadores se han apresurado a introducir medidas preventivas como prohibir el público internacional para proteger a deportistas y residentes.
Sin embargo, aún hay preocupaciones de que los Juegos puedan agravar los contagios del virus. La creciente tasa de infecciones en Japón, combinada con su lento despliegue de vacunas, han provocado un debate público sobre si los juegos deben celebrarse en absoluto.
El Comité Olímpico Japonés señaló que Corea del Norte aún no había notificado oficialmente que no asistiría a los Juegos.
El gobierno japonés confía en que muchos países participen en el evento, dijo el secretario del gabinete, Katsunobu Kato, que prometió muchas medidas contra el virus.
El Ministerio surcoreano de Unificación lamentó la decisión y dijo que confiaba en que los Juegos Olímpicos ofrecieran una oportunidad de mejorar las relaciones intercoreanas, que se han deteriorado durante un estancamiento en las negociaciones nucleares entre Washington y Pyongyang.
Choi Young-sam, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur, dijo que el gobierno respalda las gestiones de Japón de sacar adelante la realización de los Juegos, velando pro la salud de los participantes. Choi dijo que el Norte aún tiene tiempo para revertir su decisión y participar en la justa.
Corea del Norte envió 22 deportistas a los Juegos Olímpicos de Invierno 2018 en Corea del Sur, junto con una delegación de funcionarios, artistas, periodistas y un grupo de animadoras de 230 personas.
En los Juegos de Pyeongchang, los deportistas de los dos países marcharon juntos bajo un mapa azul que representaba a una Península de Corea unida, y las animadoras norcoreanas, ataviadas de rojo, llamaron la atención de todo el mundo. Los dos países también compitieron con su primer equipo olímpico combinado en hockey sobre hielo femenino, que tuvo un gran apoyo de los aficionados pese a perder sus cinco partidos con un marcador total de 28-2.
Esos Juegos tenían un fuerte componente político. La delegación norcoreana incluía a la influyente hermana del líder norcoreano Kim Jong Un, que transmitió los deseos de su hermano de celebrar una cumbre con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, una iniciativa que ayudó a activar su diplomacia con Seúl y Washington.