Descubre más sobre el squash tras la propuesta del Comité Organizador de Los Ángeles para su inclusión en los Juegos Olímpicos de 2028.
El squash es uno de los cinco deportes sugeridos por el Comité Organizador de LA28 para formar parte de los Juegos Olímpicos que se celebrarán en Los Ángeles dentro de cuatro años, a la espera de la aprobación del Comité Olímpico Internacional en su sesión de octubre en Mumbai.
Este deporte de raqueta nunca ha estado presente en unos Juegos Olímpicos, aunque fue un deporte de exhibición en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018. El squash forma parte de los Juegos Mundiales desde 1997.
Orígenes
El squash se originó a partir de los juegos de raqueta, descendientes del tenis, que se practicaban en el siglo XVIII en las cárceles de Londres. En estos juegos, los jugadores golpeaban pelotas con raquetas contra una pared o en un rincón, utilizando una pared lateral para mantener la pelota en juego.
A mediados del siglo XIX, con la llegada de la vulcanización del caucho, los estudiantes del internado masculino inglés Harrow reemplazaron la dura pelota de raqueta por una más grande y hueca de caucho, que se desplazaba más lentamente.
Inicialmente conocido como baby racquets (raquetas pequeñas), una votación en la Harrow School decidió cambiar el nombre a squash. A partir de entonces, los graduados comenzaron a construir pistas mientras el deporte se difundía más allá de sus orígenes en las escuelas públicas.
Cómo se juega
El squash es un deporte que generalmente se practica entre dos jugadores en una pista rectangular de 9,75 m x 6,4 m, delimitada por cuatro paredes. El suelo es de madera dura y, en las competiciones profesionales, las paredes son de cristal de seguridad para que los espectadores puedan ver toda la acción.
En la pared frontal, hay tres líneas: la chapa a 48 cm del suelo (reducida a 43 cm en los partidos profesionales), la línea de saque a 1,78 m de altura y la línea de fuera a 4,57 m, que desciende por las paredes laterales hasta los 2,13 m en la pared posterior. Al inicio de un punto, el jugador que saca debe hacerlo desde uno de los dos cuadros de servicio y golpear la pelota entre la línea de saque y la línea de fuera.
A partir de ese momento, todos los tiros posteriores pueden realizarse en cualquier punto de la pared frontal entre la chapa y la línea de fuera. La pelota solo puede botar una vez en el suelo, aunque puede rebotar en las paredes laterales y trasera.
Las pelotas de squash son de goma y suelen botar poco. Es necesario calentarlas golpeándolas varias veces contra las paredes antes de comenzar un partido.
Reglas básicas
En las competiciones, el primer jugador en alcanzar 11 puntos, con al menos dos de ventaja, gana un juego. Se otorga un punto en cada peloteo y el saque pasa al ganador del punto. Anteriormente, un jugador solo podía ganar un punto con su propio saque.
El primer jugador en ganar tres juegos se lleva la partida. En términos de tiempo, esto puede durar desde 30 minutos hasta más de una hora y media en una partida épica que llegue a los cinco juegos.
En cuanto a las modalidades, el squash puede jugarse en la competencia individual, en dobles masculino y femenino, y dobles mixtos.
Implementos para practicar squash
Raquetas:
La raqueta es el accesorio fundamental y estrella de la partida. Por supuesto si no la sabes utilizar bien no sirve de nada, mientras que la raqueta correcta en manos de un profesional le asegurará una victoria impecable.
Todas suelen ser de materiales como aluminio y grafito; aunque últimamente se está imponiendo más el grafito por su ligereza y alto rendimiento.
Pelotas
Las pelotas es otro de los principales elementos en el squash y que lo diferencia de otros deportes similares. En el squash se usan pelotas de goma o caucho, tanto natural como sintético, que consisten en dos semiesferas que se pegan dejando hueco su interior, con un peso aproximado de 25 gramos y unos 40mm de diámetro.
Estas, a su vez, llevan unos puntos de colores para ser diferenciados por su tipo de bote y ligereza. Las pelotas más blandas son las utilizadas en competición oficial, por lo que son las más profesionales. Mientras que las más duras, que por tanto dan un bote más alto, son recomendadas para iniciarse.
Tenis
Cada deporte necesita de un tipo de zapatilla diferente que nos aporte el soporte y la protección propias de la práctica. En el caso del squash, es necesario cumplir con unos requerimientos mínimos, ya que de lo contrario podríamos provocar una lesión.
Por ejemplo, es obligatorio llevar una zapatilla de suela de goma, ya que todo lo que no sea esto puede producir lesiones e inconvenientes.
Los tenis deben adaptarse a las características de los jugadores potentes y rápidos, con buena estabilidad, sujeción, tracción óptima y protección para las fases de juego.
