El traspaso de Cesc Fàbregas al Chelsea se hizo oficial a primera hora de la tarde de ayer mediante sendos comunicados. Los ingleses y el Barça confirmaron lo que ya le adelantó Piqué hace unos días a Del Bosque: Fàbregas jugará en el conjunto londinense las próximas cinco temporadas, después de dejar en el Camp Nou 33 millones de euros, a los que pueden sumarse otros tres en variables.
Cesc volvió al Barça procedente del Arsenal y generó una gran expectación ya que, al ser un jugador de la cantera culé, se esperaba que encajara a la perfección en el engranaje azulgrana. No ha sido así. La actuación del medio no acabó de convencer a una afición que llegó a pitarle, a pesar de ser el tercer jugador con más minutos disputados durante la pasada temporada. Tras tres años vistiendo la camiseta azulgrana, Fàbregas se marcha sin gloria al conjunto londinense dirigido por Mourinho, al que ahora alaba: “He considerado todas las otras ofertas con mucha atención y creo firmemente que el Chelsea es la mejor opción. Mis ambiciones futbolísticas coinciden con su hambre y deseo de ganar trofeos. Tienen una increíble plantilla de jugadores y un entrenador extraordinario. Estoy totalmente comprometido con este equipo y no veo el momento de empezar a jugar”.
Sin embargo, la relación entre ambos nunca fue muy buena. Ahora parece que quedaron atrás las disputas que ambos protagonizaron en los clásicos Barça-Madrid, cuando Mourinho dio un pisotón al medio, o el posterior cruce de declaraciones entre técnico y jugador.
Aun así, Fàbregas dejó claro en su perfil de Facebook que el Arsenal era su primera opción: “Todos sabéis que el Arsenal fue el primero en tener la opción de ficharme. Decidieron no hacerlo, así que el destino no ha cruzado nuestros caminos de nuevo. Aun así, les deseo todo lo mejor”. A pesar de esto, la afición gunner parece que no se lo perdonará y lo ven como una traición.