La postergada venta del Milán por parte de Berlusconi al grupo inversor chino Sino-Europe Sports (SES) parece que está a punto de concluir. Se abrirá entonces una nueva etapa en la historia de la entidad rossonera, en la que los nuevos dueños quieren llevar de nuevo al heptacampeón de Europa a la cumbre del fútbol italiano y continental.
La nueva propiedad del Milán tendría preparada una partida de 130 millones de euros para reforzar el equipo. Entre los objetivos, según apunta el Mirror, estaría Cesc Fàbregas. El internacional español no está disfrutando esta temporada en el Chelsea de la plena confianza de Antonio Conte.
El gran hándicap del Milán para convencer a Cesc es su ausencia de competición europea. A falta de siete jornadas para el final de la Serie A, el equipo que entrena Montella está a diez puntos de los puestos de Champions y ni siquiera tiene en la mano su participación en la próxima Europa League.