La joven presuntamente agredida por Dani Alves ha mostrado gran firmeza a la hora de realizar su declaración. A diferencia del futbolista, que la ha rehecho hasta en tres ocasiones, ella no ha hecho cambio alguno. También ha trascendido a los medios que no quiere indemnización económica alguna y que quiere ver al ex del Barça en prisión.
Su relato acerca de lo sucedido el 30 de diciembre en la sala Sutton deja al futbolista en una situación muy complicada. Según ella, llegó a la discoteca en torno a las 2 de la madrugada, y se encontraba en la zona VIP con varios chicos a los que había conocido poco antes cuando un trabajador de la discoteca les dijo que el Alves las quería conocer. Poco después de las presentaciones, el jugador se habría puesto detrás de ella, él habría tomado la mano de la joven y se la habría puesto en su pene.
Instantes después la llevó a los baños y allí habría abusado de ella. Primero habría intentado que le hiciese una felación y, ante su resistencia, le dio una bofetada antes de penetrarla de manera violenta.
Pese a que el futbolista niega dicha versión, las imágenes de las cámaras de la discoteca la contradicen. En las filmaciones se observa como se encuentran en los baños de la misma durante más de un cuarto de hora, concretamente 16 minutos, por lo que la coarta de Alves queda con cabos sueltos.