Carlos Argueta, de 67 años, logró recorrer 201 kilómetros en un tiempo total de 56:36:40:36 recorrido que realizó desde el miércoles a las 16:06 horas frente al Palacio Nacional de la Cultura y culminó el sábado las 00:27 frente del parque Centroamérica en Quetzaltenango.
El crono incluye los momentos que se detuvo para ser atendido por el cuerpo médico de la CDAG, asistencia de masajes, estiramiento, relajamiento, recuperación, alimentación y varias ocasiones en que durmió en la ambulancia provista por la CDAG.
El recorrido entre la ciudad capital y la metrópoli occidental probó a personas escépticas que un adulto guatemalteco de la tercera edad, el quetzalteco Carlos Argueta, cumplió con recorrer la distancia entre ambas ciudades.
Su pulsación de 99 latidos por minuto destacaba en evaluaciones médicas cada 10 kilómetros y presión arterial que varió, según el terreno que había superado y la hora de avance de la caminata, desde los 110 / 70 a los 120 / 80.
Una ampolla detuvo al atleta en la carretera interamericana CA- a la altura de Nahuala, kilómetro 160 en el altiplano, pues el dolor en la planta del pie le imposibilitó mantener el avance, lo que se dio en horas de la primer noche en el recorrido. El atleta de la tercera edad y en general los integrantes de la caravana de apoyo, durmieron la mañana del viernes. previo a continuar.
Dependiendo del terreno y topografía, su paso varió entre 11 minutos por kilómetro y 20 minutos por kilómetro.
La dolencia del ultramaratonista se agudizó cuando un dolor en las rodillas mermó el paso y avance en la segunda jornada.
La parte final de la ultramaratón, el ascenso a la cumbre de Alaska, cuatro caminos y Salcajá, provocaron que al observar agotamiento en el organismo de
Carlos Argueta le recomendaron descanso que aprovechó para dormir, sin importar el frío intenso de la región.
Inclusive, atleta, familiares y cuerpo médico estuvieron de acuerdo para realizar un “arrastre” en vehículo por cuatro kilómetros, horas antes de acercarse a la ciudad de la estrella.
Entre tanto, más de un millar de vecinos de Quetzaltenango se congregaron en frente del punto de llegada para esperar el arribo del héroe de la ultramaratón, que ocurrió la madrugada del sábado.