A los 11 años, Astrid Santos descubrió una nueva pasión que la llevaría a destacarse en un deporte poco convencional para muchos: el billar. «Antes practicaba triatlón, pero entré a billar siguiendo a mi hermano. Mi intención era aprender y no competir, pero luego ya en competencias me fue muy bien y decidí quedarme,» comparte Astrid, mostrando la determinación que la ha llevado al éxito.
El camino de Astrid en el billar comenzó como una actividad familiar, influenciada por su hermano mayor, Luis Santos, un apasionado del deporte. «Se me hizo fácil y disfrutaba pasar tiempo con mis hermanos. Los logros de mi hermano me motivaron a seguir,» recuerda Astrid, quien ha sabido convertir su disfrute en disciplina y constancia.
Un deporte de alto rendimiento
Aunque el billar no es comúnmente reconocido como un deporte, Astrid se esfuerza por cambiar esa percepción. «No es un deporte tan común, y que la gente no lo tome como deporte. Para llegar a un buen nivel se necesita de práctica, dedicación y tiempo. Entreno mucho y soy disciplinada, y eso me ha ayudado bastante,» afirma.
La joven promesa entrena cinco días a la semana durante cuatro horas diarias, dedicándose a perfeccionar su puntería y colocación de la bola blanca, además de realizar ejercicios de resistencia y fortaleza en el gimnasio dos veces por semana. «Tengo buen temple y buen manejo de mis emociones. Es una de mis virtudes para manejar la presión y nervios,» asegura.
Astrid ha vivido experiencias memorables en su carrera, como su primer Panamericano en Argentina en 2022, donde ganó el primer lugar en bola 10 y 9. «Fue lindo escuchar el himno en un país diferente, que no me lo imaginaba. Llevar la bandera es un orgullo muy grande,» dice con emoción. A pesar de los desafíos, como entrenar sola en Quetzaltenango tras la partida de sus hermanos al extranjero, Astrid ha aprendido a superar las dificultades y a mantenerse enfocada.
Respaldo fundamental
El apoyo de su familia y del colegio ha sido fundamental en su trayectoria. «De parte del colegio me han apoyado mucho. No es tan difícil en mi caso, porque en mi familia combinamos deporte y carrera académica desde pequeños y estamos acostumbrados,» explica Astrid, destacando la importancia del respaldo en su desarrollo tanto deportivo como académico.
Este año, Astrid se prepara para competir en el Mundial Juvenil en Nueva Zelanda, con la esperanza de ganar una medalla y seguir llevando en alto el nombre de Guatemala. «Me da felicidad saber que llevo la bandera de Guatemala. Es un orgullo grande para la asociación que nos apoya para viajar a otros torneos,» expresa con gratitud.
Astrid Santos, inspirada por la pasión de su hermano y apoyada incondicionalmente por su familia, continúa su ascenso en el mundo del billar, demostrando que con dedicación y amor por lo que se hace, los sueños se pueden alcanzar.
