Desde la almohadilla del home, el jugador juvenil Adriel Isaí Aquino Sierra reclama su lugar en el beisbol guatemalteco, motivado por su espíritu competitivo, potencial de líder y apegado a sus creencias.
Con 16 años, Adriel cumplió su segunda temporada en el Torneo Mayor, consolidado en la posición de cátcher en la novena subcampeona, Vikingos.
Adriel se define como un jugador al servicio del equipo, de fe inquebrantable y orgulloso de portar la franela de las selecciones de Guatemala.
En el Diamante Enrique Trapo Torrebiarte, CDAG conversó con el novel beisbolista, quien compartió su visión en el mundo de la pelota.
¿Cómo fue tu primer contacto con el béisbol?
“Comencé jugando en la Liga Javier, a los cuatro años con el equipo de Bronxs. A mi familia siempre le gustó el beisbol. Con ellos pasábamos cerca de los campos porque vivíamos cerca y les decía que quería jugar. Me decidí en un curso de vacaciones”.
¿Qué te atrapó de este deporte?
“Lo que me enamoró es que no podes definir un partido, cualquier cosa puede pasar. Como decía Einstein, es el deporte perfecto, porque las posibilidades son infinitas, es improbable que va a pasar. Me gustó el misterio y la intriga de los juegos”.
¿Cómo encontraste tu posición en el campo?
“Por mi habilidad, probe todas las posiciones. Me encantaba decir que podía jugar donde pudiera aportar al equipo. Una vez nos quedamos sin cátcher y me ofrecí. En esa posición tengo toda la visión del campo, puedo controlar mejor el juego y puedo ser líder. Me ayuda mi físico fuerte. Es una posición de mucho desgaste físico por estar en cuclillas mucho tiempo”.
¿Cuáles son tus motivaciones y metas en el deporte?
“Mi motivación en el deporte es darle la gloria a Dios y transmitir ese mensaje. Desde pequeño sueño con llegar a las grandes ligas, pero sobre todo quiero ser de los mejores jugadores de la historia. Es una meta alta por la cual trabajo y me esfuerzo todos los días”.
¿Qué aprendizaje te ha dado el béisbol?
“Este es un deporte en el que te acostumbras a fallar. Hasta los mejores de la historia fallan constantemente. Siempre hay frustraciones, pero hay que aprender a disfrutarlo. El apoyo de mi familia me ha ayudado a superar los momentos difíciles”.
¿Cuál es tu rutina de entrenamiento?
“Entreno en la academia de Probol, que es para atletas de alto rendimiento. Hago gimnasio, al menos tres horas al día. Trabajo resistencia muscular, fuerza y explosividad. Mi entrenador es Manuel Hernández, a quien considero mi mentor y me ha ayudado a crecer”.
¿Cómo se vive el béisbol en Guatemala?
“Es un ambiente bonito. Hay buen nivel y creo que tenemos cualidades. Es una comunidad pequeña, todos nos conocemos y se hacen muchas amistades”.
¿Qué sacrificios conlleva la práctica del deporte?
“Cuando tienes una meta alta, hay que hacer muchos sacrificios. Estudio en casa y puedo balancear mis estudios, mi preparación física y la práctica del deporte. La salud y educación son el futuro. Es difícil, pero mientras tengas tus metas claras, se hace fácil”.
¿Cómo ha sido tu experiencia en selecciones?
“Desde los 8 años ha sido una realidad, siempre he sido parte del proceso de la selección y siendo capitán, es un gran honor representar a Guatemala. Jugar por el país, le tengo un amor increíble, doy sangre por él. Me lo disfruto y me hace feliz”.
¿Cómo sobrellevas la competitividad en el deporte?
“Me gusta la presión y asumir la responsabilidad. A veces me gana, porque soy humano. Me encantan los momentos de tensión y es donde mejor respondo. Me pasó hace poco en el Latinoamericano, cuando el entrenador confió en mí, en un momento donde íbamos perdiendo. Logré levantar al equipo y lo recuerdo como uno de los mejores momentos de mi carrera”.
¿Cómo fue tu adaptación jugando con el equipo de Vikingos?
“Hasta el año pasado debuté en la mayor. Aunque no fue mi mejor temporada, porque los pitchers me descifraron, tuve la confianza de mis entrenadores. Fui titular y el más joven del equipo”.