Se dice que en Guatemala las expectativas de rendimiento deportivo son cada vez mayores, al punto que influye en la niñez que practica deporte en forma sistemática como método de preparación a competencias cada vez más exigentes, motivo por el que dejan de disfrutar a plenitud sus etapas de desarrollo.
Sin embargo, esta creencia es todo lo contrario, ya que los niñas, niños y adolescentes que practican deporte federado desde temprana edad no sufren un desarrollo social acelerado y tampoco pierden su niñez por estar en constante entrenamiento, por el contrario, mejoran sus habilidades de integración social y de desarrollo cognitivo.
En edades entre 7 y 12 años los niños y niñas se encuentran en una etapa de preadolescencia, comienzan a aplicar la lógica a situaciones cotidianas, por lo que la actividad física resulta esencial para su salud, tanto física como mental.
Los deportes generan disciplina, integran a los niños a establecer reglas y límites, con lo cual llegan a canalizar su energía y evitan comportamientos impulsivos en su quehacer diario.
Pero… ¿Es el deporte un distractor en sus estudios?
Existen padres que ven el deporte como un simple juego o pasatiempo, una perspectiva en la que éste consume tiempo de estudio a sus hijos e hijas, situación que al notar bajas calificaciones en ellos incide en prohibirles la práctica deportiva bajo la justificación de que el deporte es un factor de distracción, algo que no siempre es cierto.
La revista «Scandinavian Journal of Medicine in Sports» publicó una investigación realizada por el centro de estudios en Murcia, España, en el 2013, en la cual se aumentó el número e intensidad de clases de educación física por semana a un grupo de estudiantes, lo cual evidenció una mejora sustancial en el rendimiento académico, esto en comparación con otro grupo que realizó sus actividades con clases convencionales.
Un estudio efectuado a mil 200 niños y niñas en cuatro departamentos de nuestro país, por la Comisión de Psicología del Deporte del Consejo Nacional del Deporte (CONADER). concluyó, luego del análisis de la información, que los niños y niñas practican actividad física por el deseo de la diversión más que por la competitividad del mismo, hallazgo que aporta la importancia de aprovechar los beneficios físicos, sociales y mentales del deporte.
Un aspecto significativo en este tema es que el niño elija la disciplina que le gustaría practicar y no los padres quienes le presionen en la elección. Si el niño o niña es quien elige tendrá menor dificultad de acoplarse a la dinámica de hacer ejercicio y disfrutarlo, lo que conlleva un crecimiento integral y positivo, que beneficia la formación de valores en su etapa de desarrollo.
La actividad física, un deleite para los niños
«Los niños no tienen la finalidad de la victoria, quieren apenas divertirse», es un texto del escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano, que acuña a la perfección al decir que todo deporte posee un aspecto lúdico.
Más notorio en atletas a temprana edad que en los de alto rendimiento, pues los primeros le dan mayor valor a la diversión que a las cualidades físicas o técnicas. Los niños y niñas, al hacer deporte, se motivan, son más seguros y confían en su entorno, además salen de la rutina y combaten el estrés creado por las cada vez más exigentes instituciones escolares.
En conclusión, la actividad física es fundamental para la salud, especialmente si se inicia desde la infancia. Por ello, tanto padres como entrenadores deben enfocar más en el infante la diversión en la actividad física que la competencia, para que el deporte influya de manera positiva en su desarrollo físico, mental y social.