Sin Rojos ni Cremas se disputa un nuevo título

Lo que antes era una constante, el futbol vuelve a demostrar que ya no lo es. Comunicaciones y Municipal quedaron eliminados del Apertura 2024 en los cuartos de final a manos de potentes equipos departamentales, dejando claro que el respeto hacia los grandes de la liga se ha ido desvaneciendo.

En dos intensas tandas de penales, Antigua GFC y Cobán Imperial impusieron su jerarquía, dejando fuera a los clubes más grandes del país y abriendo la puerta para que el dominio departamental siga siendo una realidad.

Durante años, Comunicaciones y Municipal fueron los amos y señores del futbol nacional. Con una historia llena de títulos y hazañas, estos dos gigantes se consolidaron como los equipos más poderosos, tanto en la capital como en el resto del país.

Su dominio era tan claro que cada vez que algún equipo de fuera los visitaba, se sabía que la victoria rara vez escapaba de sus manos. La presencia de estos clubes en la cima de la Liga Nacional era casi una certeza, y su jerarquía sobre los rivales siempre fue incuestionable.

Sin embargo, en los últimos años, algo ha cambiado en el futbol guatemalteco. Los equipos departamentales, antes considerados desafío difícil en su visita a la capital, han demostrado tener la capacidad de igualar e incluso superar a los poderosos capitalinos.

Cobán Imperial, Antigua GFC, Xelajú e, incluso, Santa Lucía Cotzumalguapa en su momento, junto a otros clubes de fuera, han dejado claro que ya conocen los secretos de los grandes, logrando hacerles frente con tácticas más sólidas y jugadores de gran nivel. Esta nueva generación de equipos ya no se intimida ante la historia y la tradición de Municipal o Comunicaciones.

La caída de los grandes

El dominio histórico de los equipos capitalinos se quebró en el Apertura 2024, al no llegar a las semifinales ni Comunicaciones ni Municipal, algo que solo había ocurrido en dos ocasiones de los 51 torneos cortos. Esta es la tercera vez en la historia (tras el Clausura 2018 y 2019) que ambos quedan fuera de esta instancia.

Hoy en día, cuando los equipos departamentales llegan a la capital, la historia de una derrota casi asegurada ha quedado atrás. Los clubes capitalinos se ven ahora obligados a competir en igualdad de condiciones, enfrentando la misma presión que los equipos de la provincia.

La fórmula que antes aseguraba el respeto hacia los equipos capitalinos ya no existe, y los clubes departamentales han tomado las riendas de su destino, transformando el panorama del futbol nacional.