LISBOA (AP) — Thomas Müller es un jugador que puede habar con autoridad sobre dos de los resultados más impactantes en la historia reciente del fútbol.
Estaba presenta cuando Alemania emboscó a Brasil al endosarle un 7-1 en las semifinales de la Copa del Mundo del 2014 y de nuevo el viernes cuando el Bayern Münich aplastó 8-2 al Barcelona en los cuartos de final de la Liga de Campeones.
No solamente eso, Müller tuvo un papel clave en ambos resultados, inaugurando la cuenta en las dos ocasiones.
El gol de Müller a los 11 minutos puso a Alemania en camino a la paliza contra Brasil hace seis años en el Estadio Mineirão y su diana a los cuatro minutos el viernes inició la marcha de Bayern hacia su dominante victoria en la capital portuguesa sobre el Barça. Anotó además a los 31 minutos en ese partido.
La victoria en Brasil llevó a Alemania a la final del Mundial y el título contra la Argentina de Lionel Messi. Tras dejar al Barcelona de Messi, el campeón de la Bundesliga enfrentará ahora al Lyon de Francia.
La actuación contra el Barcelona impresionó a Müller más.
“En la victoria en Brasil no tuvimos la misma cantidad de control. Si, estuvimos bien, pero esta noche (viernes) la forma en que dominamos el partido fue despiadada”, dijo Müller. “Fue una noche especial. Queríamos abrumarlos desde el arranque, como hemos estado haciendo en los últimos meses”.
“Obviamente nunca puedes maniatar a un equipo como Barcelona, pero fuimos dominantes”, dijo el atacante de 30 años. “Especialmente sin el balón. La forma en que jugamos como equipo es lo que me hace realmente feliz”.
Müller no era el único que estuvo presente en ambos partidos históricos. El arquero Manuel Neuer y el zaguero Jérôme Boateng también integraron el equipo de Alemania en Brasil. Hansi Flick, actual técnico del Bayern, fue el asistente de Joachim Löw en el Mundial de 2014.
“Fuimos implacables”, dio Neuer. “Continuamos atacando. Obviamente, Barcelona es fuerte al ataque y puede anotar goles, pero nosotros continuamos y no aflojamos el paso. Queríamos anotar goles y lo conseguimos”.
Tanto Brasil como Barcelona se vieron totalmente abrumados desde el inicio. Brasil estaba perdiendo 5-0 a los 19 minutos en Belo Horizonte, mientras que el club catalán estaba abajo 4-1 a los 31 en Lisboa. Ninguno de los dos encontró respuesta para la presión y la enorme intensidad de sus oponentes alemanes.
Messi se estaba cubriendo el rostro en señal de desesperación a inicios de la primera mitad en Lisboa al volverse claro que el estilo de posesión del balón de los azulgranas no podía contrarrestar el enfoque más vertical y agresivo del Bayern.
“La forma en que ellos mantuvieron una intensidad tal durante 90 minutos fue sensacional”, dijo Flick. “Esa es nuestra mentalidad, eso somos. Sabíamos que forzaríamos errores si los poníamos bajo presión. Queríamos explotar eso y no pudo habernos salido mejor”.
Barcelona y Brasil también cometieron inusuales errores defensivos y ambos se vieron anonadados por la superioridad clara de sus rivales. Brasil se vio ultimado tras caer abajo 5-0, lo mismo que Barcelona con el 4-1, con las actitudes de los jugadores en la cancha indicando que se habían rendido. Los últimos dos goles de Alemania contra Brasil se produjeron después de los 69 minutos, mientras que el Bayern selló los suyos después de los 63.
“Nos divertimos mucho”, dijo Müller. “Barcelona tiene jugadores especiales y tuvimos que ser aún más agresivos, atacar una y otra vez”.
La desastrosa derrota ante Alemania le costó el puesto al técnico de Brasil Luiz Felipe Scolari y se espera que lo mismo le pase factura al estratega de Barcelona Quique Setién. La paliza 8-2 casi seguramente forzará un cambio de era en el club catalán, cargado de veteranos como Sergio Busquets, Jordi Alba, Luis Suárez y Gerard Piqué.
“Necesitamos un cambio drástico”, reconoció Piqué, quien presiente un cambio generacional en el conjunto. “Yo soy el primero, si hace falta sangre nueva, en hacerme a un lado”.
