La Real Sociedad suspende entrenos en sus instalaciones

La Real Sociedad renunció el domingo a su plan de entrenamientos individuales de sus jugadores en sus instalaciones y se comprometió a acatar las directrices del gobierno de España sobre distanciamiento social en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.

Un día antes, el club vasco había anunciado que preparaba la vuelta a los entrenamientos en el predio deportivo de Zubieta. La Real hubiera sido el primer club en retomar la actividad en sus propias instalaciones.

En un comunicado divulgado el domingo, la Real indicó que “los jugadores continuarán realizando su trabajo en sus domicilios” y que se respetarán los lineamientos del gubernamental Consejo Superior de Deportes sobre las actividades deportivas durante el estado de alarma en el país.

“Queremos recordar que la decisión de la Real Sociedad consistía en que los jugadores de la primera plantilla profesional tuvieran la opción de continuar con su trabajo individualizado en Zubieta a partir del martes de la semana que viene. En ningún caso este trabajo en Zubieta iba a ser grupal”, dijo el conjunto donostiarra. “Era cada jugador quien iba a decidir hacerlo en casa o en Zubieta, cumpliendo siempre con las medidas de seguridad establecidas por las autoridades sanitarias”.

Los jugadores de la Real han estado entrenando en sus casas por todo un mes. El club preparó rutinas de entrenamiento individuales para los jugadores y les envió bicicletas estacionarias y caminadoras de banda.

Las autoridades españolas permitirán que trabajadores de funciones no esenciales puedan regresar a sus puestos a partir del lunes mientras se respetan las normas de distanciamiento social y otras restricciones. Las actividades colectivas continuarán prohibidas al tiempo que el país inicia su quinta semana de confinamiento a causa de la pandemia.

España ha reportado su menor incremento diario de contagios confirmados de coronavirus en tres semanas, y totaliza cerca de 166.000.

En la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. En algunas personas, sobre todos los adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacentes, puede provocar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte.