Así como la atracción de un imán con el metal, así fue la atracción que tuvo a la edad de 12 años Enrique Josué Pérez Castellanos hacia la lucha olímpica, cuando por motivación de su hermano mayor Wilber, visitó por primera vez el gimnasio de la federación de lucha. A partir de allí, su vida giró alrededor a llaves, supléx y balances, técnicas que forman parte de su rutina diaria.
A sus 17 años, Enrique a desarrollado una inmensa pasión por las luchas, en donde ha destacado en diferentes competencias escolares, nacionales e internacionales, donde ha obtenido más de una docena de medallas. Recientemente conquistó el primer lugar en la Copa Internacional Pat Shaw derrotando a rivales de Honduras, Puerto Rico y El Salvador.
Actualmente es campeón nacional y campeón escolar centroamericano de los juegos Codicader en la categoría de 63 kilos. Ha participado en competencias en países como Cuba, Colombia, México y Brasil. Su preparación la intensifica, ya que próximamente competirá en el Panamericano de Lucha en México.
Serio y de pocas palabras, pero con mucha motivación, Enrique lleva su rutina diaria con muchos sacrificios pero también con muchas satisfacciones. Levantarse a las 4 de la mañana diariamente y dirigirse a su lugar de entrenamiento en la Federación de Luchas, donde práctica de 5 a 6 de la mañana, no es fácil, si le agregamos que por las tardes continúa con dos horas más de entrenamiento junto a 22 seleccionados nacionales.
Consciente del esfuerzo y sacrificio que un deportista debe hacer, para llegar lejos, a Enrique no parece preocuparle. Sabe que la satisfacción de subirse a lo más alto del podio compensa las horas de sudor, esfuerzo, y sacrificio que diariamente deja sobre el tapiz. «Me apasiona lo que hago, por eso entreno fuerte y compito con mucha humildad y respeto hacia los demás, para que algún día llegue a ser el mejor del mundo» mencionó, el residente de la colonia La Palmita en la zona 5 capitalina.
Disciplinado en el deporte como en sus estudios, Enrique actualmente cursa tercero básico en el Instituto Tecún Umán, centro educativo que lo ha ayudado a su formación como deportista, por medio de su clase de Educación Física.
Posicionado como uno de los mejores luchadores juveniles de Guatemala, Enrique es un ejemplo a seguir “es muy disciplinado y atento, capta muy bien las instrucciones y es decidido en cada combate, sin duda es un deportista que continuará llegando lejos” mencionó Cristian Mox, quien fuese su instructor en sus primeros años de iniciación. Su mayor virtud en cada combate es la técnica del tiro en desbalance, además de su fuerza y habilidad sobre el tapiz.
A Enrique las competencias internacionales venideras no le quita el sueño, sino lo motivan a seguir preparándose y confiando en su capacidad. El sudor que derrama, las horas de práctica y sacrificio que brinda, valen la pena cada vez más.
La dinastía Pérez
La lucha olímpica es el común denominador dentro de los hermanos Pérez Castellanos, y es que además de Enrique, sus 4 hermanos, Wilson de 18 años, David de 15, Jonathan de 11 y Jaime de 10 han seguido el camino de los combates. El mayor de ellos, fue el pionero de la familia en involucrarse en este deporte de combate.
Wilson, Enrique y David son quienes participan a nivel competitivo, los menores esperan la edad y el momento para iniciar con esa aventura. Entre los 3 hermanos mayores, suman varias medallas doradas en donde el apellido Pérez Castellanos y el nombre de Guatemala, lo han sabido poner bien en alto.
La lucha olímpica, es un deporte en el cual cada participante intenta derrotar a su rival sin el uso de golpes. El objetivo consiste en ganar el combate haciendo caer al oponente al suelo y manteniendo ambos hombros del rival fijos sobre el tapiz, el tiempo suficiente para que el árbitro se cerciore de esto, o ganando por puntuación mediante la valoración de las técnicas y acciones conseguidas sobre el adversario.