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Gersson Mejía y una medalla parapanamericana fruto de la constancia

Gersson Mejía, protagonista de nuestra entrevista semanal, sonríe contándonos lo que siente luego de su más reciente logro en los Juegos Parapanamericanos de Santiago 2023, donde consiguió la medalla de bronce.

Es una medalla producto de la perseverancia, paciencia y determinación. Lleva 14 años en el alto rendimiento y después de dos ciclos olímpicos subió al podio de los consagrados.

Creció en la zona 18, ha sabido combinar el deporte, estudio y trabajo. Hoy por hoy es un referente del parataekwondo continental y sueña con poder ir a los Juegos Paralímpicos París 2024, en la categoría de -58 kg.

A continuación, la entrevista completa con el quien también es colaborador de la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala, en el área técnica.

¿Qué valor tiene ese bronce en tu carrera?

Muchísimo. Es una satisfacción enorme lograr algo tan esperado después de años y años de trabajo. En los juegos anteriores (Lima 2019), había sido séptimo, esta vez sabía que podía dar más. Da mucha alegría poder cumplir con las metas. Agradezco a mis compañeros de entreno, a mis entrenadores actuales (Federico Rosal y Lucía Abadía) y a las instituciones deportivas que me apoyan.

¿Cómo mantener la constancia?
Transitando los momentos buenos y malos. De hecho hace dos años ya había tomado la decisión de retirarme, creía que era el momento de dar un paso al costado y dedicarme a otros proyectos, pero me convencieron en la Federación, lo pensé un día (risas), y vaya que me mantuve, todavía tenía y tengo mucho para dar.

Lo que te hubieras perdido…

Eso pensé, no sé ni como hubiera visto los Juegos Parapanamericanos a la distancia sabiendo que todavía podía competir. Gracias a Dios tomé la mejor decisión y allá en Chile fue muy especial porque me acompañó mi mamá, hermana y esposa.

La mejor porra…

Definitivamente. Ellas planearon el viaje desde muchos meses atrás. Yo les quería regalar una alegría y así fue. Valió la pena todo y eso es lo más importante para un deportista y para un ser humano.

¿En qué lugar del top se pone ese bronce continental?

En el número uno, sin dudas. Ese bronce para mí significa oro. No puedo describir con palabras lo que sentí al recibir la medalla.

¿Se puede soñar con los Juegos Paralímpicos de París?

Es una posibilidad, ya no veo tan gigante la meta, la veo alcanzable con mucho trabajo. Estos próximos tres meses serán de entrenos fuertes. Creo que las fiestas de fin de año serán irregulares, pero hay un por qué. El 11 de abril del otro año será el clasificatorio y solo avanzará uno de América. Haré todo lo posible por ese cupo, pero si no se da, me quiero quedar tranquilo que lo intenté todo.

Estar cerca ya dice bastante…

Así es, no todos los deportistas tienen esa oportunidad y privilegio. Me enfocaré en hacer bien las cosas, porque se puede, no hacerme de menos y competir.

¿Qué te motiva todos los días cuando suena el despertador?

Que me encanta mi deporte, que me gusta poder entrenar y superarme a diario.

¿Qué significado tiene el taekwondo en tu vida?

Todo, me cambió la vida. La verdad no me veo haciendo otra cosa. Antes jugaba fútbol, pero con el tiempo me di cuenta que no era lo mío cien por ciento. Desde que entré en la Federación sentí el apoyo de todos y sobre todo inclusión. Siempre entrené con los atletas convencionales y eso me hizo desarrollarme mejor. Eso fue parte fundamental del éxito, sentirme parte.

¿Cómo fueron tus inicios en el taekwondo?

Me recuerdo muy bien. Fue en un curso de vacaciones, yo era muy niño. Primero llevaron a mi hermano, Jonathan, y luego yo solo iba a ver. Luego ya me gustó y empecé a entrenar, nunca imaginé hasta dónde he podido llegar. Aunque he pasado de todo, especialmente dificultades con las lesiones, pero siempre hay gente que me apoya y eso es lo mejor.

¿Cómo es un día de Gersson?
Madrugo para poder entrenar en la mañana, luego al trabajo (en las oficinas de CDAG) y por las tardes otra vez a las prácticas. Mi esposa me apoya mucho para cumplir con todo en las jornadas. Los lunes son especiales porque voy al gimnasio que iniciamos con mi papá hace 14 años para que niños hagan taekwondo.

Enseñando se aprende dice un dicho…

Tal cual. Uno va aprendiendo cosas todos los días. A ver personalidades distintas con los niños y descubrir talentos. Además, en el gimnasio todos somos como una familia.