Durante los meses de verano, las altas temperaturas pueden representar un desafío importante para el organismo, especialmente al realizar actividad física. Aunque el ejercicio es fundamental para mantener una buena salud, practicarlo bajo el sol y con calor extremo puede generar riesgos si no se toman las precauciones adecuadas.
Cuando el termómetro supera los 32 o 33 °C y la humedad es elevada, el sistema de termorregulación del cuerpo puede verse comprometido, dificultando la disipación del calor acumulado tanto por el entorno como por el propio esfuerzo físico. Esta situación puede desencadenar síntomas como fatiga intensa, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, calambres musculares e incluso pérdida de conciencia en los casos más graves.
Por esta razón, es fundamental adaptar la rutina de ejercicio a las condiciones climáticas, eligiendo horarios más frescos del día y evitando la exposición directa al sol en las horas pico.
El golpe de calor es una afección grave que ocurre cuando el cuerpo pierde la capacidad de regular su temperatura interna, superando los 39 °C. Es vital identificar sus señales de advertencia para actuar rápidamente:
– Cansancio extremo
– Dolor de cabeza persistente
– Náuseas o vómitos
– Calambres musculares
– Piel seca y caliente (en etapas avanzadas)
– Confusión o desorientación
– Pérdida de conocimiento en casos severos
1. Hidratación constante: Consumir entre 2,5 y 3,5 litros de agua al día, sin esperar a tener sed. Evitar bebidas alcohólicas, azucaradas o con cafeína.
2. Alimentación liviana: Optar por frutas, verduras y comidas bajas en grasa para favorecer la digestión y mantener la energía.
3. Ropa adecuada: Usar prendas livianas, de colores claros y tejidos transpirables como el algodón.
4. Protección solar: Utilizar sombrero, gafas de sol y ropa que cubra la piel, además de buscar sombra siempre que sea posible.
5. Protector solar: Aplicar un FPS 30 o superior y reaplicarlo según las indicaciones del producto.
6. Evitar las horas de mayor calor: En la época de verano en Guatemala, usualmente se recomienda evitar el ejercicio al aire libre entre las 12:00 y las 15:00 horas.
7. Hidratarse durante la actividad: Beber agua antes, durante y después del ejercicio. Las bebidas con electrolitos pueden ser útiles en entrenamientos prolongados.
8. Elegir espacios ventilados: Realizar la actividad en lugares sombreados o con buena circulación de aire.
9. Duchas refrescantes: Bañarse con agua templada ayuda a bajar la temperatura
corporal y eliminar el sudor.
10. Consulta médica: Ante síntomas persistentes o dudas sobre la salud, es clave acudir a un profesional.
Fuente: Infobae y Gatorade Sports Science Institute.
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