Astuta necedad

¿Sabías que es posible ser sabio, pero parecer tonto? ¿Y el necio sentirse sabio y creer que el tonto eres tú? Increíble pero cotidiano. El trato que demos a otros influirá en gran medida en nuestras relaciones interpersonales.

El necio:
• Se aferra a sus errores y conjeturas.
• No le interesa el entendimiento correcto, sino fija su interés/esfuerzo en lo que su mente le dice que crea.
• Es astutamente selectivo en buscar los consejos que desea escuchar.
• Le cuesta ceder la palabra.
• Es seducido por opiniones complejas y egocéntricas, en especial la suya (se cree sabio).
• Es inseguro y, para ocultar sus heridas, toma decisiones rebeldes.
• Quiere que todos conozcan «la gran sabiduría» que tiene y se complace mostrando sus “auto-revelaciones”, sin bases teológicas o científicas.
• No avanza (tiene más palabras que acciones).
• No sabe que es necio, no ve las consecuencias de sus actos.
• Reconoce su error hasta que la carga es demasiado pesada, aunque por orgullo prefiera negarlo para no asumir la responsabilidad de sus decisiones.

Dios nos dio instrucciones sobre cómo tratar al prójimo. Él desea que siempre tengamos paz. Reconocer tus debilidades y buscar a Dios es el antídoto contra la necedad. Rodéate de personas sabias que te ayuden a ver lo que no te permite avanzar.

REFLEXIONA
Tú decides qué tan profundo quieres llegar en el abismo de la necedad. No te desgastes señalando y tratando de cambiar la forma de pensar del necio. Mejor ora por él/ella y con amor suelta el control.

Vía: ESM Guatemala