Los 222 millones de euros que tenía Neymar de clásula de rescisión parecían una garantía frente al ímpetú de cualquier club por arrebatar al brasileño al Barcelona. Hasta el pasado verano nadie había pagado ni siquiera la mitad por el traspaso de un futbolistas. Llegó el PSG y reventó el mercado. Ese fichaje marcó un antes y un después en el mercado. Ya nadie está seguro.
Para el Barcelona fue un toque de atención y en la última renovación de Messi, en noviembre de 2017, casi triplicó la cláusula de rescisión del argentino, que pasó de 250 a 700 millones de euros. Una cantidad que parece inalcanzable pero que no otorga una tranquilidad absoluta al entorno azulgrana.
Lo ha reconocido el responsable del Área de Finanzas y Relaciones Estratégicas del Barcelona, Pancho Schröeder, que en unas declaraciones a Sky Sports ha dejo patente cierta inquietud por la continudiad del argentino. «Pusimos una cláusula que pensamos que es suficiente para tener a Messi que se retire en el Barcelona. Pero, habiendo dicho eso, hace un año pensábamos que la cláusula de Neymar también era suficiente para retener al jugador, y el verano pasado se demostró que no era así», afirmó Schröder a la cadena británica.
«Mirando al futuro, pienso que es difícil, pero no tengo una bola de cristal y estos días las cosas se están volviendo un poco locas», añadió el directivo azulgrana.
