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De mente brillante

Hoy se cumple un año de la muerte del maestro Efraín Recinos. Compartimos una nota publicada hace un año en el desaparecido periódico deportivo CANCHA.  
 
 
Los restos del maestro Efraín Recinos fueron sepultados ayer. Detrás deja un legado que incluye sus aventuras en el deporte competitivo
  
La órdenes del entrenador eran precisas:  “vamos, calienten, trabajen” era el equipo de atletismo que se entrenaba en Los Arcos, un complejo deportivo ubicado en la zona 14 de la capital. El era estudiante aventajado del instituto Central de Varones se llamaba Efraín aunque sus compañeros le apodaban “Macho Loco”.
 
“Le decían así porque el contaba que nunca tuvo condiciones atléticas a pesar que participaba en muchos eventos deportivos y en algunos destacaba. El suplía eso gritando y dando órdenes a sus compañeros de equipo”, cuenta Lorena, su única hija.
 
Efraín no dejaba de ver a un lado, donde entrenaban las chicas del colegio Europeo, especialmente se fijó en Elsa, una joven que lanzaba disco y que solía entrenar a la misma hora.
 
“Nos hicimos amigos y compartíamos muchas anécdotas de nuestros entrenos. Yo ya no seguí entrenando en cambio el se metía a todo lo que podía hasta participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1950 y un año después en los Panamericanso de Buenos Aires”, recuerda Elsa, con quién finalmente se casó y tuvieron una niña.
 
José Efraín Recinos Valenzuela, había nacido en Quetzaltenango, hijo de María Trinidad Valenzuela Micheo y José Efraín Recinos Arriaza. Era el mayor de tres hermanos, Ana Clemencia y Ana María le seguían.
 
“Mi papá practicaba todos los deportes y por eso nosotros hacíamos lo mismo hasta llegamos a participar en los Juegos de 1950 cuando inauguraron la Ciudad Olimpica. Nosotras participamos en el relevo 4×100 y ganamos la medalla de plata. Yo era la del segundo relevo. Mis compañeras eran Elia Bolaños, Concepción Sánchez y la que cerraba era la más veloz de todas: Graviola Ewing. Quiquito formó parte del relevo masculino”, recuerda.
 
El ingeniero, urbanista, pintor, escultor, muralista, escenógrafo y arquitecto siempre estuvo ligado al deporte.
 
“Yo estaba muy pequeña, pero aún recuerdo una vez que fuimos al Gimnasio Nacional a ver una presentación de los Globetrotters (un equipo de baloncesto de los Estados Unidos que mezcla partidos con el entretenimiento) la pasamos muy bien”, dice Elsa Lorena, la única hija del artista.
 
“Una vez le tocaba particiapr en un evento universitario pero me dio su billetera a guardar. Antes de la carrera tenía que presentar un carnée y vino a traerlo y resulta que se me había perdido la billetera”, dice Elsa, su esposa. “Se volvió un problema porque no lo dejaban competir: Al final la encontramos y ganó la competencia”.
 
“María Clemencia era mi maestra de primaria y recuerdo como Efraín iba a dejar a su hermana a trabajar. Era un viejo wolsvagen, ella siempre hablaba de el y por eso lo conocíamos muy bien”, cuenta América Cruz, amiga de la familia.
 
 
El maestro Efraín Recinos falleció el domingo debido a problemas gastrointestinales.
 
 
 

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