Blatter ha puesto en marcha el ventilador y parece dispuesto a morir matando. Si en la Agencia Tassacusó a Platini de plegarse a los deseos de Sarkozy y cambiar su voto a Estados Unidos por Qatar, este viernes en el Financial Times reveló que en el trasiego de votos para favorecer al país asiático también intervino Villar, que hizo bloque con las federaciones de la CONMEBOL. “España y Sudamérica pactaron para darle su voto a Qatar”, afirmó el suizo.
Si el Comité de Ética concluye que Villar participó en algún tipo de irregularidad y que por eso se negó a declarar sobre su papel en la votación para los Mundiales de 2018 y 2022 no dudará en inhabilitar al presidente de la FEF. Si es suspendido, Villar no podrá convocar las elecciones a la presidencia de la Federación el 2 de enero, tal y como tenía previsto.
Blatter ha reconocido que en la FIFA se pactó repartir los dos próximos Mundiales entre las dos superpotencias, Rusia y EE UU. Pero que Platini no respetó el acuerdo. “Me dijo: ‘Yo ya no estoy en tu bando porque el jefe del Estado me ha dicho que deberíamos considerar la posición de Francia”. Y me dijo que esto afectaría a más de un voto, porque él tenía un grupo de votantes. Le dije: “No puedes hacerlo. Eso lo cambiará todo”. Y él me respondió: “¿Qué puedo hacer si es el deseo del jefe del Estado? ¿Qué le digo yo?”. “Que no interfiera en el deporte”, le contesté. En Suiza no lo harían. Luego la situación cambió, porque hubo algún tipo de acuerdo entre España y algún país sudamericano para ir con Qatar: ‘Tú me votas a mí y yo te voto a ti’. No fue un acuerdo firmado, pero había evidencia de que existió una connivencia o algo así. No puedes evitar algo así. Es imposible (…). Hubo cuatro votos que se escaparon. El resultado final fue de 14-8 (a favor de Qatar). De no haberse producido los cambios la votación hubiera sido 12-10 (a favor de Estados Unidos)”.
Dos meses después del apoyo de Platini, Sarkozy alcanzó un acuerdo para venderle a Qatar aviones de combate. El país árabe compró 24 cazabombarderos Rafale de fabricación francesa por 6.500 millones de euros. Platini negó cualquier conexión con el negocio y Sarkozy también se desmarcó del asunto.
